Retrocedemos 50 años para recordar una obra del
director francés Jacques Tati, MON ONCLE.
en ella nos muestra cómo el modernismo se
refleja en la vida cotidiana y doméstica de la sociedad de la época.
La
búsqueda de la máxima eficiencia, los diseños puros y la sofisticación de
cualquier tipo de indumentaria pasa a ser más que una herramienta, en el
objetivo de cualquier entorno urbano.
En esta
película Tati, intenta definir el contraste entre los dos mundos que rigen en la
Francia de postguerra de los años 50, lo viejo y lo nuevo, o Hulot vs Arpel,
con el pequeño sobrino Gérard como vinculo entre los dos.
Para representar la arquitectura moderna, Tati utiliza la
Villa Arpel, residencia del cuñado, hermana y sobrino de Hulot.
La Villa Arpel
la diseño junto a Jacques Lagrange, un pintor, como un collage de
arquitectura moderna.
Según Tati la arquitectura moderna carecía de las
características intimistas y poéticas de la arquitectura tradicional, y le
añadía además rigidez y severidad. En Mon Oncle, Tati aborda el tema de la
vivienda en la postguerra pero en 1964 abordaría el tema de la arquitectura
industrial y los rascacielos en Playtime.
Al
frente de la casa moderna y encerrado entre sus muros se encuentra un jardín
meticulosamente diseñado hasta el más mínimo detalle, hasta el punto de
dificultar cualquier actividad que se quiera realizar en él. Una imagen clara
que se refleja en el constante aburrimiento del niño cuando está en su casa. En
contraste el patio de la casa de Tati es el barrio mismo. Los niños del barrio
se reúnen y juegan en solares vacíos o entre los coches en la calle.
Mientras la “eficiencia” parece ser la palabra que expresa
la casa moderna, con sus mecanismos electrónicos a distancia y los
electrodomésticos omnipresentes en la vida familiar; es la “ineficiencia” la
que se retrata en el barrio antiguo en donde nadie parece hacer lo que tiene
que hacer: el verdulero vende desde una mesa de un bar a unos cincuenta metros
del puesto de verduras, el barrendero no barre ,etc. Sin embargo la mirada es
crítica y la eficiencia termina siendo inconveniente cuando más de una vez los
artefactos no responden a sus amos.
Tati diseño la residencia de Hulot, y se esmero
especialmente en la representación del recorrido de las escaleras, donde
expresa de forma literal y metafórica la calidad de la escala humana de la
vieja arquitectura.
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