domingo, 10 de noviembre de 2013

El gabinete del Dr. Caligari

Un clásico de los años ’20, cuando el audio era trabajado de manera completamente independiente del video, tan sólo en la forma de música incidental.
Era necesario entonces, enriquecer la expresión de las actuaciones, así como la riqueza formal de la escenografía y locaciones. 
Una reconocida películade este tiempo, que tiene muchos atractivos del punto de vista de lo que significó el movimiento expresionista, pero además que juega con las formas y perspectivas con un lenguaje formal que hasta el día de hoy no pierde su significado.



La arquitectura escénica del filme, a cargo de Hermann Warm, Walter Reimann y Walter Röhrinhg, se inspira en un concepto hermético y opresivo del espacio.
Jugando con la disposición de telas pintadas, a diferentes niveles de profundidad, y contrastando de una manera irreal la iluminación, crean un marco onírico curiosamente antagónico a la actuación naturalista de sus protagonistas.

 En este contraste reside la extraña desnudez formal del filme; el proceso argumental y narrativo de El gabinete del doctor Caligari se apoya de tal manera en su itinerario escénico que sería imposible evaluar la fuerza expresiva de su discurso disociando ambos componentes.


La original aproximación a los contornos de la mente y a la complejidad psicopática que nos propone el guión creado por Carl Mayer y Hans Janowitz no tendría ese inquietante calado gótico sin la iluminación fragmentaria del callejero nocturno o la caótica fragilidad de los barracones de feria.
La original aproximación a los contornos de la mente y a la complejidad psicopática que nos propone el guión creado por Carl Mayer y Hans Janowitz no tendría ese inquietante calado gótico sin la iluminación fragmentaria del callejero nocturno o la caótica fragilidad de los barracones de feria.

1 comentario:

  1. Hola es la primera vez que entro a tu blog y me parecio interesantisimo. Estudio arquitectura y me gusta mucho el cine,y nunca habia visto tratar el tema de como se conjugan esos dos mundos! Saludos

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